
Una joya de la naturaleza salvaje y virgen
Miles de años de erosión han dado a las gargantas del Truyère un paisaje agreste donde la naturaleza se expresa con fuerza bruta y belleza indómita. Desde vertiginosos acantilados reflejados en aguas resplandecientes hasta densos bosques caducifolios, son un retablo viviente de increíble biodiversidad. Para los amantes de la naturaleza y los fotógrafos, el Truyère invita a sumergirse en el corazón de los elementos, cerca de la flora y la fauna.