Rodelle El pintoresco pitón

Increíblemente pintoresca, Ruthenela -antigua Pequeña Rodez- fue elegida como punto estratégico ya en la época carolingia. Llegue por donde llegue, la fortaleza natural que domina el paisaje le dejará maravillado por sus numerosas vistas panorámicas. En su callejón principal, las bonitas casas de piedra dorada parecen suspendidas entre el cielo y la tierra. Le conducirán hasta una enorme roca contra la que probablemente se alzaba el castillo. A su alrededor hay cuevas, que se cree que eran trogloditas y que aún hoy se utilizan como bodegas.

Bajo el pueblo se encuentra el santuario gruta de Sainte-Tarcisse. Nieta del rey Clodoveo, huyó tras ser prometida a un príncipe bárbaro. Se refugió en Rodelle tras recibir un mensaje divino. Aquí llevó una vida piadosa hasta su muerte.

Cuenta la leyenda que Sainte-Tarcisse sólo comía leche de cabra y una hogaza de pan que le traía un perro cada día. Al día siguiente de su muerte, un aura luminosa marcó el lugar de su cueva. Se dice que realizaba curaciones milagrosas de los ojos, además de curar a las mujeres en el parto. Cada año, el pueblo sigue honrándola durante una peregrinación ancestral.